Más que una gala: Una comunidad que inspira

La noche del miércoles 19 de noviembre fue verdaderamente mágica. Y aunque Oasis se presentaba en el Estadio Nacional, la magia estuvo en otro lugar: en la primera gala de una comunidad extraordinaria de mujeres celebrada en el Centro Cultural Vicente Bianchi, en la comuna de La Reina. 

El 261 no es solo el número con el que Kathrine Switzer se convirtió en 1967 en la primera mujer en correr el Maratón de Boston. Es un símbolo de unidad, compañerismo e inspiración que hoy reúne a mujeres de 14 países, incluido Chile, con sedes en La Reina, Ñuñoa, Las Condes y Santiago Centro, en torno al running. Porque aquí no se trata de competir: se trata de avanzar juntas, de ser cómplices y aliadas en una sociedad que aún arrastra profundas huellas de machismo.

La Gala 261 marcó el cierre de un año redondo para la comunidad, liderada por su directora Leslie Barrenal y su inspirador «dream team» de coaches. Fue el broche de oro para quienes se atrevieron —y siguen atreviéndose— a llegar más lejos. Una noche para guardar las zapatillas, la polera y el short, y vestirse de gala para brillar.

Y así fue. Todo estuvo impecablemente conducido por la conductora de televisión y radio, Andrea Hoffmann, quien dio vida a cada momento de una velada que incluyó reconocimientos a integrantes de cada sede, a las coaches por su dedicación y a las marcas y aliados por su apoyo permanente.

La emoción creció con una serie de videos: saludos de la fundadora Kathrine Switzer y de la directora de 261 International, Edith Zuschmann; la historia del movimiento; un repaso de las actividades del año; y, como cierre, el documental del Medio maratón femenino realizado en agosto.

Por supuesto, la noche no fue solo discursos y premiaciones. La celebración tomó un aire aún más íntimo con la presentación musical de Sophie Berthet, también integrante de 261 Chile, quien aportó el toque perfecto para una jornada llena de energía, emoción y orgullo. Una noche que demostró que, con esfuerzo y perseverancia, es posible transformar vidas.

Uno podría buscar cientos de calificativos para describir lo vivido en esta gala, pero todos quedarían cortos. Porque no se trata solo de esa noche: es el resultado de un trabajo constante durante todo el año, del esfuerzo visible y también de ese que no se ve. Del compromiso incansable de Leslie, de la energía imparable de 261. Porque ellas son la prueba de que no basta con una buena idea; hay que trabajar día a día para convertir los objetivos y los sueños en realidad. 

Porque lo que están construyendo es inmenso… simplemente porque ustedes también lo son.

Gracias, 261, por tanto. Y perdón por tan poco.

Luis.

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